02 marzo 2005

Lección aprendida

Estella - Los Arcos

25 de septiembre de 2004

Salimos de Estella, Carlos me acompaña de la mano hasta las afueras de la ciudad, sabe que estoy haciendo lo incorrecto, que debería quedarme hasta recuperarme los pies, pero me apoya en mi decisión, me transmite su amistad y su confianza en mí. Voy feliz con Cristina, Isaías -todo un maratoniano, tanto en su aspecto físico como en la disposición para caminar-. Llegamos a Irache, son como las nueve de la mañana, el monasterio está cerrado, pero hay unas Bodegas que disponen una fuente de agua y otra de vino para los peregrinos...
¡Qué bien sienta beber ese vino por la fuente!. Hay varios peregrinos franceses que lo que hacen es vaciar la botella de agua y llenarla del vino, yo también lo haría sino fuera por el peso que eso supone, no pienso llevar peso de más, mis pies no podrían.
Isaías nos adelanta, lleva un ritmo de 6 km/h, nosotras de 4km/h, eso cuando no paramos entretenidas con las maravillas que se nos van presentando.
Caminamos ahora con Javier y José de Salamanca y los Albertos de Miranda de Ebro. Una pandilla muy bien conformada. Los de Salamanca son estudiantes de medicina, Javier es además creador de cuentos, me encanta ir hablando con él, es todo fantasía. Al llegar al albergue de Los Arcos, decidimos después de ducharnos y tomar los necesarios cuidados con los pies, recorrer el pueblo y comprar para cenar todos juntos, cocinará Javier su especialidad.
No sólo yo tenía ampollas en los pies, me parecía muy egoista no compartir lo que había aprendido con Carlos en Estella. Así que reuní a todos aquellos que teníamos ampollas en los pies, cada uno nos agenciamos un barreño con agua fría, sal y vinagre y nos pusimos en una terraza durante media hora con los pies en el agua. Fue muy divertido, nos sacaban fotos los extranjeros extrañados de la estampa... un grupo de cuatro señores mayores, un chico y una chica todos en fila, con los pies en un barreño de agua. Al sol estábamos tan ricamente, contándonos anécdotas y chistes. Se metían un poco con la chica, pero buena soy yo para bromas, rapidamente las devuelvo. Me gustaba el aprecio que nos dabamos.
Alberto padre es una persona muy observadora y sabe dar lo que necesita cada uno de nosotros. Estoy maravillada con las personas que estoy conociendo.
La cena estaba muy rica, un arroz con verduras exquisito, invitamos también a Stanilao, es un italiano muy simpático. Y allí en torno a esa mesa nos reunimos la primera familia que no dejó de acompañarme hasta Burgos: Javi, José, los Albertos de Miranda -padre e hijo-, Stanislao, Cristina y yo. Echaba de menos a Helena. Heloisa, avanzaba a un ritmo mucho más rápido y no coincidimos con ella en el albergue, posiblemente haya encontrado su ritmo y otro grupo.
En Los Arcos, mi quinto día de caminar, cumplía los 103 kilómetros.

8 comentarios:

Anónimo dijo...

Otra de las cosas buenas del Camino, las familias que vas formando. Un beso.

scape95 dijo...

Qué bien! Sólo 103 Km. Eso quiere decir que aún quedan muchas historias...

[Me está encantando, aunque a veces no sé qué decir]

mirada dijo...

Scape, agradezco tu comentario, porque no me gustaría aburrirte o aburrir a nadie... porque me quedan muchos días por delante, pero lo dosificaré ;-) Un beso
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Juanra, si otra de las cosas buenas, como dices tú son las familias que vas formando.. ¿qué otro camino tienes previsto recorrer? Un beso

Rosa, por si quieres una referencia en la columna de la derecha hay un apartado que se titula "Diario de una aventura" ahí pongo todos los capítulos... Mil besos guapísisma

Raddle dijo...

¡Hola! ¿Qué tal?
Me ha encantado encontrar tu blog describiendo la etapas del camino jacobeo. Tengo previsto hacer la misma ruta esta primavera desde Roncesvalles, y ya estoy preparandome fisicamente cada día, caminando algunos kilómetros.
Ánimo y buen camino.

Unknown dijo...

Cuanto más te leo más ganas me entran de hacer el Camino. Y si puede ser, contigo...

Un beso.

Anónimo dijo...

Hola mirada. Pues quiero terminar el Camino de Santiago desde mi casa, es decir, desde Madrid; voy realizandolo por etapas cuando tengo tiempo. Por otro lado, con mis amigos este verano puede que hagamos el camino portugues. Y por último,tengo muchisimas ganas de realizar el camino de la plata desde Sevilla en solitario, dicen que este camino es la caña. Un beso.

mirada dijo...

Radle, gracias por tu compañía. Besos
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Azul, que alegría, gracias preciosa.Besos
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Dugongo, ¿por qué no? si lo organizamos bien, es posible que así sea.. Un beso :-)
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Bolo, en bici se lleva muy bien, cuando no tienes el viento de frente.. muchos dejaban la bici para ponerse a caminar. Y sé de dos que mandaron la bicicleta por correo a Barcelona y seguir andando. Besos
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Juanra, yo sacando tiempo, en cuánto pueda son rutas que me gustaría hacer, también lo hice andando desde donde vivo, son 110 kilometrillos de nada ;-) Besos

Anónimo dijo...

Ay, las ampollas!!!! Un saludo, amiga mía.

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