30 octubre 2006



Os lo podáis creer o no, llevo ronroneando a lo largo de distintas horas del día nuestra canción. Y a veces sé que no hay y otras creo que si, pero no. No hay, no me llevo a equivoco nunca más, ¿o es que vuelvo a estar equivocada? Cuando el silencio se hace tan profundo entre dos. Cuando la comunicación no establece su función. Celebraros sin poder estar, ni convoy, ¡ni gaitas! Me duele por dentro, tanto, tanto.
Te amo. Feliz cumpleaños.

5 comentarios:

Simplemente Olimpia. dijo...

No estuve ni estaré en ese tiempo de vacíos, por que el silencio no habla entre los sordos.
No quise interponerme a su ceguera ni asilar los vientos más amables, quizá por eso, me hallo desterrada de todo aquello donde encaja la nada.
Enredate donde el desnudo habita, envuelvete de secretos, pero no regales el suicido de la vida que aún debe acontecer.
Pulular nos lleva a ebullir al final.
Mi beso, contigo...Olimpia,

mirada dijo...

Estoy contigo, querida.
Un abrazo enorme.

ZenyZero dijo...

El amor es una forma de compasión. Por eso, quizá, nunca llega hasta el fondo. El dolor, esa fiera voraz con forma de silencio, nos rompe por dentro, y por fuera... una canción.

Amar. Desear. No estás equivocada.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hermoso lo que te a comentado Olimpia.

Cuando el silencio es tán ensordecedor, lo mejor será buscar un lugar donde nuestros oidos se nutran de melodiosos murmullos. (Felíz Cumpleaños al sordo que amas) Un beso para ti y un abrazo desde mi lejano lugar lleno de murmullos

Ulises hijo de Angeles dijo...

Gracias Guadalupe.
Cuando las horas son recuerdo cuesta albergar matices, porque la imaginación y la memoria fuerzan la luz o la sombra.
Te guardo en una fotografía de sol que no se oculta, ni amanece.
Atrás de todo un año, de nuevo gracias.

En archivo