13 agosto 2008

Pequeñas cosas



Prendida a su cuello de madera blanca,
la crin se deshoja, sucia y desteñida.
Ha perdido el brillo su mirada de agua
y falta en su hocico la aureola amarilla.
Entre los estribos oxidados de alba,
de rocíos calmos, de calmas lloviznas,
su vientre redondo, con cierta elegancia,
cuelga todavía
y es aún su cola la espiga trenzada
que flameaba al aire las tardes de brisa.
Creo que lo arriaron en una mañana,
al cruzar un charco, orejas erguidas
y desde ese día, cabalga, cabalga
con seis compañeros entre la neblina.
¡Ay, si hemos corrido...! Esta vida gira
mucho más a prisa que aquella manada.
Ahí va mi caballo... ¿Me conocería?
Aún salta tan niño como yo saltaba.
Un amor furtivo le ha puesto la marca
de dos corazones sobre una rodilla;
por eso ahora todos en círculo marchan,
mirándose siempre, por si los lastiman.
Les han puesto un toldo de rojiza chapa
y un corral de espinas...
y un cartel que a veces se ve en noches claras,
al iluminarse las gotas que giran
después de las lluvias en las telarañas.
Un cartel que dice: "Lo siento. No pases.
Aquí sólo entran criaturas y hadas".

Carlos Marianidis



Al poco tiempo de encontrarme con autómata en un chat, de esto hace ya cuatro años, me animó a escribir mis sensaciones en un blog, me apoyó con su cariño altruista, su saber hacer y su bondad, gracias a su idea he vivido unas experiencias maravillosas, muy emocionantes y he conocido a personas extraordinarias.

El segundo post de este blog fue este poema de Carlos Marianidis, que comencé a leer por aquellos días. La primera vez que leía sobre una mirada de agua. Sentí una enorme responsabilidad había bautizado mi blog con tres palabras que bailaban al son de mis sentimientos, de mis emociones y de mi nombre.

4 comentarios:

doctorvitamorte dijo...

Que tu mirada de agua siga brillando y bailando al son de tus sentimientos

alba dijo...

Y mira que te he descubierto hace bien poco, pero estoy convencida de que esta mirada de agua todavía tiene mucho que reflejar a través de su presencia cristalina, y muchas palabras que remojar para volverlas así vivas, y mucha música para hacer ondear la superficie, y muchas emociones para llegar al corazón.

Toc, toc, soy un hada, ¿puedo pasar?

Dulces besitos.

Simplemente Olimpia. dijo...

Por eso quizá nunca entro...no soy criatura ni hada, por eso me quedo desde la ventana mirándote...y veo como danzas al son de la emoción que te toca...
Agradezco a quien te trajo aquí, para que yo te disfrutara.

MIs besos más melodiosos.

Olimpia.

reuben dijo...

qué lindo poema.
claro, el cartel no se ve siempre, y hay que imaginarse que es posible la complicidad,
te dejo más saludos.

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