"El agua de un oasis rodeado de desiertos es más apreciada".
Le costaba mucho subir hasta allí, una escalera tras otra, subía o bajaba, ya no sabía en que escalón se encontraba. Abrió una pesada puerta, empujándola con sus dos manos. Se presentaba ante sus ojos una habitación de piedra, en cuyo centro había una mujer postrada sobre un altar de granito. A los pies del altar, un cántaro con agua viva. La luz se reflejaba en su cuerpo vestido de seda blanca, se mezclaba entre sus cabellos negros que reposaban sobre la piedra, no dormía, miraba al horizonte de sus sueños. Se quedó mirando para esa belleza que radiaba toda la habitación, sin atreverse a dar un paso más.
“Entra cubriendo el vacío, estoy descubierta para ti” -una voz le invadía los sentidos. Un miedo envolvía el agujero que sentía dentro de él, su propia oscuridad reinaba dentro.
“Recoge el agua que llevas para mí y lléname de ti” -seguía la voz retumbando dentro de su mente.
Se acercó al cántaro de agua, lo cogió con sus manos y lo entorno sobre el pecho de la mujer, a medida que derramaba el agua viva, una luz lo llenaba por dentro.
“Suave mi bien, poco a poco, lléname, no derrames ni una sola gota fuera, toda debe de ser para mí” –eran sus ojos los que hablaban para él.
Por un instante, este hombre sintió besos que apartaban el miedo que lo envolvía.
A medida que llenaba el vacío en el pecho de la mujer con el agua del cántaro, él se cubría de luz, luz que despertaba las sombras.
Por un instante, sintió ternura y libertad. Sintió crecer dentro de él un calor que lo empapaba. Deseaba lamer el pecho frío y helado de aquella mujer que le devolvía a la vida. Y se acercó a ella con su lengua, una mezcla electrizante. Selecta sensación de adoración desde su alma.
“Entra cubriendo el vacío, estoy descubierta para ti” -una voz le invadía los sentidos. Un miedo envolvía el agujero que sentía dentro de él, su propia oscuridad reinaba dentro.
“Recoge el agua que llevas para mí y lléname de ti” -seguía la voz retumbando dentro de su mente.
Se acercó al cántaro de agua, lo cogió con sus manos y lo entorno sobre el pecho de la mujer, a medida que derramaba el agua viva, una luz lo llenaba por dentro.
“Suave mi bien, poco a poco, lléname, no derrames ni una sola gota fuera, toda debe de ser para mí” –eran sus ojos los que hablaban para él.
Por un instante, este hombre sintió besos que apartaban el miedo que lo envolvía.
A medida que llenaba el vacío en el pecho de la mujer con el agua del cántaro, él se cubría de luz, luz que despertaba las sombras.
Por un instante, sintió ternura y libertad. Sintió crecer dentro de él un calor que lo empapaba. Deseaba lamer el pecho frío y helado de aquella mujer que le devolvía a la vida. Y se acercó a ella con su lengua, una mezcla electrizante. Selecta sensación de adoración desde su alma.
18 comentarios:
¡Hermosísimo y emocionante texto, querida Mirada!
Un fuerte abrazo
Ufff... creo que voy a beber agua... o algo.
Bonito texto.
Qué bonito. Felicidades
Ese agua constituye siempre un oasis entre áridos desiertos superpoblados.
Siempre sugerente y estupendamente ilustrado.
Besos veraniegos. Estoy de vacaciones y algo perdido. Pero no olvido.
Mirada:
El proyecto de las diez palabras tienes que enviarlo por email.
Te lo copio aquí de nuevo:
http://diezpalabras.blogspot.com
Pobres de nosotros los hombres que no sabemos si ascendemos o descendemos, y que necesitamos una mujer que nos devuelva (a) la vida...
Interesante lo que escribiste, es un oasis tu blog.
Saludos.
Muy imaginativo miradiña---- y bello tambien
Qué los manantiales de agua verde se censen en tu ganas de vivir.
Mil abrazos
Sueño erótico o magia para el alma y el corazón??? ;-)
buen fin de semana
besos
Ya había entrado a tu blog varias veces y te felicito por la calidad de todo lo que en él se encuentra.
Termino de ller el cántaro de agua y me ha llamado mucho la atención.
El esmero que has puesto en la imagen me encanta. Para mí que adoro la poesía, el uso de las sensaciones como centro poético y narrativo es primordial. Igualmente, me gusta la sensualidad que irradia tu relato, tal que permite al lector transportarse al lugar y sentir por sí mismo. está cargado de poesía.
Un placer recorrer tu rincón.
Un beso.
Maravillosa narración, bien se podría decir que has puesto un hermético sueño en amables palabras. Besos.
Guada: vos sabés lo que pienso, lo quiero es decir que el texto me recuerda a hombres desengañados por el amor, con el corazón cerrado y creo que el milagro es confiar y abrir el alma a un nuevo amor.
Besos!!!!!
Me encantan tus relatos, enhorabuena por ellos. Un beso
Ella se parece mucho al cancer.
Nosé porque miradita mia, pero me dio esa impresión, tan resusitante como una cripta abierta. Se Desparrama como el Agua y es imposible re-cogerla. Y es que la chica es difícil de tratar.
No sé que pensar, la imagen es impresionante, curiosa, llamativa. El texto es como una obsesión, como un querer alcanzar algo, y no terminar de rematar. Me ha gustado, pero es inquietante, de camino a casa, pensaré en él. :)
Besos!
Pues lo he leido dos veces...si, me ha gustado...a ver si encuentro yo alguna luz como esa, porque ahora estoy a ciegas, estoy tristisimo.
Un abrazo.
...Sugerente aparición la que describes, Mirada. El cuadro un tanto... escabroso (¡cuesta hasta hallar el calificativo)!
SALUDANDO:
LeeTamargo.-
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