01 febrero 2008

modo


Nos encontramos con un resultado que está en sintonía con el fluir de los días. Un desenlace con el que no contábamos. Una vez más nos damos cuenta de que no somos dueños ni dueñas de nuestra propia vida.
Quiero aparcar el mañana en la acera de enfrente sin volver a él, vivir cada instante atesorando sensaciones y emociones, pero entonces caigo en la cuenta de que si no sueño con el mañana no podré volver a verte.

10 comentarios:

Ulises hijo de Angeles dijo...

:) Bonito.
Sartre decía algo así como que somos facticidad (lo dado, lo que pasó) y trascendencia: esa esperanza del mañana es la que nos permite la gracia de ser libres. Salud!

samsa777 dijo...

Si se tiene esperanza, sólo se puede ser en el futuro. Si no, el vacío...

Un abrazo muy fuerte.

ybris dijo...

No somos dueños de nuestra propia vida.
Quizás por eso tampoco podemos aparcar el mañana.
Todo sea por soñar con él.

Besos

Fernando dijo...

pero andando...sin parar..así puedes seguir soñando con él o con quien quieras...besos

Ogigia dijo...

Qué maravillosas imágenes y qué bien elegidos los textos

Anónimo dijo...

Creo en el destino , en los renglones ya escritos…en el trazo que se hace surco…en el cauce mas que en el caudal…creo en las raíces como “ayer” de un tallo que se hará hoja y fruto, apartarnos de la raíz no es licito, necesario o no, pero posible; dejar atrás el tiempo vivido en forma de recuerdos y abrir/cerrar los ojos para buscar/encontrar un mañana que tiene escrito remite y remitente…¿ o no?...¿quien sabe?

Un beso con sabor de hoy

Juansintierra dijo...

Que complicados somos ...pero sueña..besos.


J.

Diego dijo...

Vive y vuela si ese es tu deseo...sé astro iluminando su vida.



Un beso


Diego

Simplemente Olimpia. dijo...

Sueños...también tiene su tiempo...y támpoco podemos controlarlos...a veces se disparan mientras duermes.
De la vida y sus mañanas, mejor se poseedores que acreedores.
Un beso.

Olimpia.

Marina Culubret Alsina dijo...

El mundo gira en una sola dirección y los sueños es la brisa tibia que nos sopla de frente.
Guada, un besiño dulce.

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