A tientas y con la memoria desperezándose consiguió llegar a la ventana del dormitorio. Deslizó con cuidado la cortina y pudo por fin ver algo.
--¿Qué hora es? –preguntó Marta, sin levantar siquiera la cabeza.
--Pronto. Todavía la luz está durmiendo –contestó Óscar.
--Pues está entrando en la habitación. Y me molesta.
--Es la artificial. Y está muy bien escogida.
--¿Por qué?
--La piedra. No es fácil iluminarla. Se requiere un poco de gusto por lo antiguo. El mármol y la piedra son muy agradecidos cuando se las trata bien. Pero muy pérfidos cuando se los quiere hacer comulgar con ruedas de molino.
--Tú y tus metáforas...¿aún echas de menos todo aquello?
--No tanto como a Roma.
--Pues vuelve.
--No es eso. Y lo sabes. Sólo que ver la piedra de la catedral delante de la ventana me recuerda a nuestra casa allí. El Palazzo que todas las noches nos acunaba. ¿Lo recuerdas?
--Claro Óscar. Era nuestro guardaespaldas. Nos relajaba contar sus cornisas, sus contrafuertes, sus estatuas falsas y recargadas. Pero eso es pasado, y ahora estamos en esta ciudad, esto es España. No hay vespas como moscas, si no parroquianos fieles a su ritos litúrgicos.
--A veces pienso en volver. Pero, pensándolo peor, ¿sabes dónde voy a volver?
--¿A dónde?
--Al regazo mejor iluminado y sabio que conocí.
La cortina volvió a su posición inicial. La sábana a acoger los dos cuerpos. La melancolía se desvaneció con el contacto del algodón. La visita al pasado se cerró con el contacto de sus labios. La decisión de Marta de ir al zapatero les trajo un futuro. No sería en Roma. Ni romo. Ni en piedra. Ni en mármol. Había por fin algo que no los despegaría nunca. La pierna de madera de Marta tendría otro barniz. Madera.
"Prefiero que circulen las palabras"
13 comentarios:
Lindas palabras. Cómo son las palabras, cómo unen pasado y futuro, y lo que uno quiere y recela, o tantea.
Saludos
Ay, es que no hay nada como un cuerpo amado para combatir cualquier trampa del destino, del encuentro del pasado con el presente, de la melancolía.
Nacemos de la tierra, nos hacemos árboles y acabamos pecios.
Sobre la piedra lapidaria hay más que letras y bajo el mármol galeones dormidos.
Un abrazo.
Chuff!!!
Memoria desde la ventana en buena compañía.
¿Hay algo mejor?
Besos.
Un texto precioso, lleno de matices de tiempos ,espacios, materiales y sentimientos. Me ha traído recuerdos.
El pasado se cierra con el presente y se abre el futuro, un futuro cálido
Hola... te estaba leyendo y encontre muy lindos tus escritos
me gustaria que visitaras mi blog...
http://pro-romanticos.blogspot.com
es una humilde campaña.. a favor de todos esos deslices romanticos,que todos solimos tener alguna vez... y ke muchas veces tmb lo negamos
Si Quieres puedes mandar aportes,, o dejar comentarios..
Saludos
Sorprendente. Muy bueno.
La calidez de la piedra, la suavidad de la luz, la ternura de la madera...
Me encantó!
:-)
Un abrazo...
Precioso, Mirada, con olor a... ¡tantas cosas! Que se han despertado los recuerdos y de repente un rayo de luz se ha colado por la ventana. La madera también tiene corazón.
Dulces besitos.
Me gustó, me gustó mucho
Si hay una madera por la que me contagio es la de enebro. Olor sin fin. Pero prefiero la madera en su árbol y al mármol en su propia tumba: la roca de la que salió.
holaaa querida me acuerdo constantente de tim aunque no me lo creas. espero desocuparme pronto para que conversemos mas seguido y extendido.
besos!
me gusto el post! y el blog también es interesante.
Salu2
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