16 octubre 2008

Cuestión de mármol

Madera. No podía perderse el aroma de aquel parquet que pasados dos años seguía acompañándolos. Así supo Óscar que estaba en casa. Su olfato se lo silbó al oído cobijado por la oscuridad total con la que necesitaba dormir Marta.

A tientas y con la memoria desperezándose consiguió llegar a la ventana del dormitorio. Deslizó con cuidado la cortina y pudo por fin ver algo.

--¿Qué hora es? –preguntó Marta, sin levantar siquiera la cabeza.
--Pronto. Todavía la luz está durmiendo –contestó Óscar.
--Pues está entrando en la habitación. Y me molesta.
--Es la artificial. Y está muy bien escogida.
--¿Por qué?
--La piedra. No es fácil iluminarla. Se requiere un poco de gusto por lo antiguo. El mármol y la piedra son muy agradecidos cuando se las trata bien. Pero muy pérfidos cuando se los quiere hacer comulgar con ruedas de molino.
--Tú y tus metáforas...¿aún echas de menos todo aquello?
--No tanto como a Roma.
--Pues vuelve.
--No es eso. Y lo sabes. Sólo que ver la piedra de la catedral delante de la ventana me recuerda a nuestra casa allí. El Palazzo que todas las noches nos acunaba. ¿Lo recuerdas?
--Claro Óscar. Era nuestro guardaespaldas. Nos relajaba contar sus cornisas, sus contrafuertes, sus estatuas falsas y recargadas. Pero eso es pasado, y ahora estamos en esta ciudad, esto es España. No hay vespas como moscas, si no parroquianos fieles a su ritos litúrgicos.
--A veces pienso en volver. Pero, pensándolo peor, ¿sabes dónde voy a volver?
--¿A dónde?
--Al regazo mejor iluminado y sabio que conocí.

La cortina volvió a su posición inicial. La sábana a acoger los dos cuerpos. La melancolía se desvaneció con el contacto del algodón. La visita al pasado se cerró con el contacto de sus labios. La decisión de Marta de ir al zapatero les trajo un futuro. No sería en Roma. Ni romo. Ni en piedra. Ni en mármol. Había por fin algo que no los despegaría nunca. La pierna de madera de Marta tendría otro barniz. Madera.


"Prefiero que circulen las palabras"

13 comentarios:

reuben dijo...

Lindas palabras. Cómo son las palabras, cómo unen pasado y futuro, y lo que uno quiere y recela, o tantea.
Saludos

Anónimo dijo...

Ay, es que no hay nada como un cuerpo amado para combatir cualquier trampa del destino, del encuentro del pasado con el presente, de la melancolía.

ZenyZero dijo...

Nacemos de la tierra, nos hacemos árboles y acabamos pecios.

Sobre la piedra lapidaria hay más que letras y bajo el mármol galeones dormidos.

Un abrazo.
Chuff!!!

ybris dijo...

Memoria desde la ventana en buena compañía.
¿Hay algo mejor?

Besos.

doctorvitamorte dijo...

Un texto precioso, lleno de matices de tiempos ,espacios, materiales y sentimientos. Me ha traído recuerdos.
El pasado se cierra con el presente y se abre el futuro, un futuro cálido

mamones dijo...

Hola... te estaba leyendo y encontre muy lindos tus escritos

me gustaria que visitaras mi blog...

http://pro-romanticos.blogspot.com

es una humilde campaña.. a favor de todos esos deslices romanticos,que todos solimos tener alguna vez... y ke muchas veces tmb lo negamos

Si Quieres puedes mandar aportes,, o dejar comentarios..

Saludos

Sintagma in Blue dijo...

Sorprendente. Muy bueno.

Marina Culubret Alsina dijo...

La calidez de la piedra, la suavidad de la luz, la ternura de la madera...

Me encantó!
:-)

Un abrazo...

alba dijo...

Precioso, Mirada, con olor a... ¡tantas cosas! Que se han despertado los recuerdos y de repente un rayo de luz se ha colado por la ventana. La madera también tiene corazón.

Dulces besitos.

Ogigia dijo...

Me gustó, me gustó mucho

Tempero dijo...

Si hay una madera por la que me contagio es la de enebro. Olor sin fin. Pero prefiero la madera en su árbol y al mármol en su propia tumba: la roca de la que salió.

Sra. Chayo dijo...

holaaa querida me acuerdo constantente de tim aunque no me lo creas. espero desocuparme pronto para que conversemos mas seguido y extendido.

besos!

Anónimo dijo...

me gusto el post! y el blog también es interesante.
Salu2

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