Un puente en el fondo. Una marea baja. La figura de un puercoespín justo donde están incrustadas las piedras, perdón, piedrecitas. Y la espera, esa condición dúctil del tiempo. O esa condición dócil del tiempo. O esa dulce conducta hacia la que debemos inclinarnos. El tiempo como palmera, como dátil hacia una travesía del desierto, como lo hacen/hacían los bereberes. Palmera, de quien tú sabes.
7 comentarios:
Parece un poema de Valente.
Te imagino.
"Que los que esperan no cuenten las horas..."
Un puente en el fondo.
Una marea baja.
La figura de un puercoespín justo donde están incrustadas las piedras, perdón, piedrecitas.
Y la espera, esa condición dúctil del tiempo.
O esa condición dócil del tiempo.
O esa dulce conducta hacia la que debemos inclinarnos.
El tiempo como palmera, como dátil hacia una travesía del desierto, como lo hacen/hacían los bereberes.
Palmera, de quien tú sabes.
Sólo así la espera se hace menos larga, más llena, más mar.
Dulces besitos.
Sigo leyéndote
besos....
es tan dulce el amor y tan larga la espera
es tan cumbre el dolor y tan zarpa si reverbera
es tan lumbre el color y tan alma la certera
es tan fúlgido el temblor y tan blanda la tibieza
es tan pálpito lo menor y tan santa la primera
es tan cónclave el ardor y tan magia la firmeza
recuerdos de Dämmerung ;-)
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