03 abril 2009

Pareceres no vistos

Amanecer desde Santa Bárbara (A Coruña)


Nace un día, mira con atención a la nueva luz, viene entre brumas, y sé da cuenta, una vez más, de que ama con demasiada viveza la vida. Es una persona de mente inquieta que decidió, desde muy pequeña, transmitir serenidad a todo aquel ser viviente que se cruzara con ella.
Presta atención a su alrededor, con cada uno de sus sentidos. Es la intuición el sentido más desarrollado, a base de empatizar atentamente con cada movimiento de la vida que le rodea.
Hoy, no lo sabe todavía, va a escuchar la lección más importante de su vida: un hombre le dirá que amar no es querer.

7 comentarios:

Cecilia dijo...

Ay, que hermosoooooo!!!!!!

Y que vengan esas lecciones!!!

Besotessssssssssssssss!!!!


:)

:)

Ogigia dijo...

Esa percepción la conozco, me siento tan cercana a esa spalabras...

La Fuente de Sed dijo...

Tengo la sensación de que si la felicidad baja del altar donde la adoramos a pasearse entre nosotros, se parecería bastante a la serenidad.
Y nos ayudaría a entender las lecciones.
Besitos.

Marina Culubret Alsina dijo...

Siempre serenidad, reflexión y se me dibuja una sonrisa cuando te visito...
Mirada...
un abrazo de todo corazón..!

Tempero dijo...

¿Así lo crees? Me refiero a la lección más importante de tu vida. Existe el apasionarse, como existe la locura, como la desilusión, como el desasosiego, existe el amor, sí, pero particularmente creo en el querer. No creo en las lecciones, prefiero mi intuición.

Milleiros.

ana p. dijo...

El amor se halla en justo en el centro de esa escalera que eres tu misma. Se siente en cada uno de tus peldaños, de tus renglones, de todas tus letras...

ybris dijo...

Yo diría que querer es amar una vez que el día ya ha amanecido.
Amar quizás sea algo mientras amanece a solas.
Casi estoy seguro de que quien sabe transmitir serenidad a quien se cruza ama a la vida y quiere a todos.
Admirable espíritu el tuyo, Guada.

Un beso.

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