09 marzo 2010

Garras dos sentidos

"Não quero cantar amores,
Amores são passos perdidos.
São frios raios solares,
Verdes garras dos sentidos.
São cavalos corredores
Com asas de ferro e chumbo,
Caídos nas águas fundas.
Não quero cantar amores.
Paraísos proibidos,
Contentamentos injustos,
Feliz adversidade,
Amores são passos perdidos.
São demência dos olhares,
Alegre festa de pranto.
São furor obediente,
São frios raios solares.
Da má sorte defendidos
Os homens de bom juízo
Têm nas mãos prodigiosas
Verdes garras dos sentidos.
Não quero cantar amores
Nem falar dos seus motivos."

Agustina Bessa-Luís





Namentras en canto aquel home chegou a miña vida, todo mudou dentro de mín, abríuseme o peito enchido de luz, eso sí son amores pra cantala vida enteira.



4 comentarios:

mirada dijo...

Si se pudiese aplicar a la literatura un estilo naïf, respondería que, a nosotros, los veteranos, hace ya mucho tiempo que dejó de interesarnos este tipo de preguntas. Escribir, o es un ejercicio del recuerdo –con flores y escenas campestres, un tanto autodidacta–, tal y como lo practicaban las damas suecas del siglo XIX o la abuelita Mosés: un producto de la buena educación, un medio de sofocar la personalidad y dejar una impresión en los nietos. O no lo es.

Para mí no lo es. Por eso irrito a mi público, e incluso a los lectores ocasionales, que me leen en un artículo o en una entrevista de periódico.

Francamente, ¿por qué creen que escribo? Para incomodar al mayor número posible de personas con la máxima inteligencia. Por narcisismo, que es un hecho de civilización. Para ganarme la vida y para figurar en la Larousse con el mismo realismo utópico con que se define a Madame Pompadour, que, siendo bajita y como una muñeca, es presentada como "grande, bien-faite". La fama de un hombre altera las opiniones, al igual que el amor imaginario o el erotismo pretencioso.

Escribo para desengañar con merecimiento, que es el medio de dejar un recuerdo valioso.

Dicho esto, quiero explicar a qué se debe que los portugueses se resistan a responder a este tipo de preguntas. "Constituimos un pueblo muy antiguo, que no ve sabiduría en la actividad profesional. Ser pobres no nos obliga a ser brutos, ni a obedecer a los patrones de la sensiblería infantil.

Escribir es esto: conmover para ahuyentar la angustia y aliviar el miedo, que a los pueblos siempre les parece un brebaje de laboratorio, cada vez más adulterado. Pienso que el escritor de mayor éxito (no en las ventas, sino en su adaptación profunda a la sociedad) es aquél que protege a los hombres del miedo: por su audacia, delirio, imaginación, piedad o transfiguración. Pero por qué se escribe, eso no se sabe con certeza. Porque la exactitud poética de un acto humano no corresponde totalmente a su evidencia. Se ama la palabra, se usa la escritura, se despiertan las cosas del silencio en que fueron creadas. Después de todo, escribir es algo así como corregir el destino, que es ciego, mediante un regocijo de la Naturaleza, que es precavida."

AGUSTINA BESSA-LUÍS (Texto fechado en 1985, incluido en el libro ‘Contemplación cariñosa de la angustia’, cuatro ed., Valladolid, 2004)

mirada dijo...

Insisto en mi sentir: "desengañar con merecimiento para corregir el destino..."

Nikté dijo...

Mirada, Mirada. No me mires Mirada.

He leído tanto sobre lo que es escribir o por qué, que ya...Pero eso de que se manifieste alguien de forma categórica, y te diga: es esto.
Y tu vale, pero también lo de más allá.
A mi es que me sirve pa una cosa. Cuando me leo-es lo más importante-me descifro, si.
A qué es genial?

Bueno, me voy ya.

Hoy Pedro se queda sin su comentario, como me he venío pa cá.

Un saludo mu amistoso, india apache

gaia07 dijo...

Si pudiera me presentaría ante ti vestida como una dama del siglo XVIII solo para hacerte una profunda genuflexión digna de una reina.

Ese debe ser el objetivo del que escribe “desengañar para corregir”, usamos tanto la imaginación para no afrontar las innumerables desdichas, que perdemos la esencia de la vida. Enfrentarnos al degüello de la existencia tras la ensoñación del pensamiento nos reduce a la nada psicológicamente y no todos estamos preparados para superarlo.
De alguna manera hay que andar sacando pecho y para eso, hacen falta los que son hábiles en descifrar dónde está la imaginación y dónde la vida, capaces de expresarlo, y capaces de soportar las histerias de los que no quieren salir a vivir.

Tu talento para hacerlo merece tener un bastión de apoyo en aquellos preparados para reconocer sus miedos y aprender tu fuerza, esa fuerza con la que colocar la palabra en su sitio, palabra que arrastra, bucea, destierra, enfurece, reverbera y despierta…

¡Chapó! querida Mirada.

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