02 enero 2013



El silencio del roce 
enjuaga los sueños
mis sueños,
el sueño excitante 
de la espera.

Mientras

Se estremece mi oído, 
la mejilla arrulla la confianza, 
y los párpados reciben 
la brisa de tu pensamiento.

Sin patrones

La invitación a tu silencio
se convierte en mis labios

Yaroslav Kurbanov




3 comentarios:

Anónimo dijo...

El silencio, aveces roto, de las caricias, es la puerta a los abismos del deseo y la entrega. Hay pocas imágenes tan bellas como la de una mujer y un hombre que se aman. Sigue escribiendo. Quiero verte más seguido por aquí, hablando de esos sueños...

mirada dijo...

Gracias, Daniel, por tu apoyo. Un abrazo grande.

Anónimo dijo...

La objetividad no merece ser agradecida.

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