El silencio del roce
enjuaga los sueños
mis sueños,
el sueño excitante
de la espera.
Mientras
Se estremece mi oído,
la mejilla arrulla la confianza,
y los párpados reciben
la brisa de tu pensamiento.
Sin patrones
La invitación a tu silencio
se convierte en mis labios
Yaroslav Kurbanov
3 comentarios:
El silencio, aveces roto, de las caricias, es la puerta a los abismos del deseo y la entrega. Hay pocas imágenes tan bellas como la de una mujer y un hombre que se aman. Sigue escribiendo. Quiero verte más seguido por aquí, hablando de esos sueños...
Gracias, Daniel, por tu apoyo. Un abrazo grande.
La objetividad no merece ser agradecida.
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