12 abril 2005
Tokio en amarillo
Se encontraba en una ciudad totalmente desconocida para ella. Tokio se le presentaba tremendamente ruidosa, desordenada, lo único que conseguía era desubicarla. Aparecían constantemente en su mente intuiciones, intuiciones que le llevaban a comunicarse en una sola dirección con él. Hasta que comprendió.
Encontró la manera. La manera de acercarse y mirar por aquella ventana.
Les unen el placer y la sinceridad. Sin dejar de pensar que así es, se reúnen en esas dos palabras una complicidad exquisita. Se reúnen con libertad, se reúnen porque sí. Sin más.
Unidas sinceridad y placer se consigue libertad. Se desentienden de esas dos palabras, la necesidad, la dependencia, y sobre todo, la posesión.
Disponiendo de sinceridad, placer y libertad, se enlazan a ellas confianza y respeto. Unidas todas por amor.
Placer. ¿Cuántos pláceres existen entre dos?
Se encontraba entre sus pensamientos, se encontró con él. Llena de gozo, y cómo no podía ser de otra manera, allí estaba ella, sin poder controlar todas las sensaciones que recorrían su cuerpo.
"Cálmate cielo, controla tu cuerpo, relájate, sólo mírame y abre tus piernas" - dijo con voz serena.
No la tocaba, no la acariaba y podía sentir sus manos en su propia piel, sentir como la piel de sus manos tocaba su cuerpo.
Miraba su cuerpo mientras retiraba sus ropas. Miraba su cuerpo mientras se movía para ella. Miraba cada centímetro de aquella piel que a través de sus ojos la quemaba por dentro. La derretía. Su boca salivaba, su piel se tersaba, sus pezones esperando la acción siguiente asomaban desafiantes, su piel ardía.
Tokio, se presentaba ante ella, desde una habitación con una luz amarilla, desde una habitación que le brindaba la esencia. Cerró sus ojos, dormir. En su mente quedaban las imágenes.Sus sabores. El olor de ella.
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14 comentarios:
Texto genial.
Qué la piel de los sueños provoque incandescencia en su dermis.
Abrazos.
En la mente los paisajes nunca nos olvidan.
Besos
Estos japonudos son cojoneses...
El secreto está en saber guardar en lo más profundo de tu memoria, esas vivencias, para cuando quieras volver a sentir todo aquel torbellino, urges en tu memoria y gozar una y mil veces de los recuerdos
Ssssh, un secreto entre tú y yo ahora que nadie nos lee: una de mis ensoñaciones de vigilia es hacer el amor sin orgasmo en una bañera de piedra humeante, con paredes de papel dejando un hueco por el que se cuela el aroma de un jardín cuidadamente anárquico, en alguna casa nipona entre Kyoto y el monte Fuji... y no con una geisha, que en placeres me gusta jugarv de igual a igual... sólo escojo igual el cabello, liso y negro cerrado...
En fin, cosas mías.
Un beso.
Cuando escribes a si, a mi me dan unas ganas terribles de salir a buscar a un quien-no-se-lo-merece, finalmente no lo hago. Pero conste que ya me advertí a mi misma lo que pasa por mi cabeza. Me encantan tus relatos eroticos.
Precioso texto qu ellena nuestra mente d eimagenes sensuales y deliciosas a los sentidos.
Saludos, un placer leerte
mucha sensualidad, muchos colores, mucha magia
precioso
Un saludo
...Sin duda una sugerente invitación al relax: sinceridad, placer, libertad. En tu texto aparecen un montón de señoras palabras... SALUDANDO:
LeeTamargo.-
Maravilloso Mirada.
Mil besos
pase a saludar
Bonita forma de entender el amor, el placer, la libertad, sin malos rollos.Un beso.
Guau! además de estarme enamorando rendidamente de la pintura de Nicoletta Tomas (y la culpa es tuya), me has dejado sorprendidísimo con este quiebro de tu escritura hacia la sensualidad. Espero que se produzca más a menudo, has mezclado dos estilos difíciles de casar, y lo has hecho de manera magistral.
La palabra complicidad es una de mis favoritas, pero qué mal suele ser entendida. Qué empeño en unirla a posesión o compromiso... cuando a veces todo es tan sincero y tan fácil. Sólo dejarse llevar...
Sensual post... me ha encantado.
Besos, mirada.
__Berenice__
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