La cicatriz iba en aumento. Como una línea que en su trazo deshace recuerdos indefinidos. Como cuando uno tira hacia el sur y ve que el sol en su recta curva se desplaza de izquierda a derecha. Como el perfil de la línea creada por el hombre. Sea una ría, sea una laguna. Siempre su inconsciente le lleva a la Venecia que en su quietud melancólica dibuja estados de ánimo indefinidos.
El sol puede irse a buscar nuevos campos. El hombre prefiere guarecerse en sus ciudades. A la vera de la espectacular y fría luz eléctrica. Abandona el queroseno gastado en la jornada para refugiarse en el amperio indefinido. Ese era el problema. El indefinido. El que certificaba la lancha.
De izquierda a derecha.
El sol puede irse a buscar nuevos campos. El hombre prefiere guarecerse en sus ciudades. A la vera de la espectacular y fría luz eléctrica. Abandona el queroseno gastado en la jornada para refugiarse en el amperio indefinido. Ese era el problema. El indefinido. El que certificaba la lancha.
De izquierda a derecha.
Porto da Coruña
"Prefiero que circulen las palabras"
5 comentarios:
Ojalá el sol de nuevo brille, y las ciudades se abran, y no haya fuego, ni necesitemos lanchas.
Que viva el circular de las palabras.
Besos hermosa Mirada.
Campos o ciudades, el camino del sol es el mismo.
Nunca nos falte el ánimo de seguirlo.
Besos.
Què hermosos recuerdos me trae Venecia...
Somos pendulares…de extremos remotos que se saludan al cruzarse en la calle y luego…Caín contra Caín…abandonamos aquellos que creemos poseer aunque nuestros bolsillos estén vacíos y dejamos atrás las raíces de nuestro ayer para hacinarnos en colmenas de hiel y soledad.
Un beso.
Dicen que vivir en Venecia hace imprescindible saber remar, que es una ciudad llena de cicatrices por las que se cuela el agua, será que no están bien cerradas. No Mirada, prefiero la alta montaña, el pasto fresco y el horizonte donde el sol se mete bien definido. Y con un montón de leña para refugiarme. Besos.
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